Dr. Isaías Ramos
Nuestra constitución en su artículo 61 es muy específica al referirse al derecho sobre la salud: “Toda persona tiene derecho a la salud integral.” Y en su numeral uno es más explícito “El Estado debe velar por la protección de la salud de todas las personas, el acceso al agua potable, el mejoramiento de la alimentación, de los servicios sanitarios, las condiciones higiénicas, el saneamiento ambiental, así como procurar los medios para la prevención y tratamiento de todas las enfermedades, asegurando el acceso a medicamentos de calidad y dando asistencia médica gratuita a quiénes la requieran “
Como vemos es un derecho social adquirido y
consagrado en la constitución de la República, lamentablemente pisoteado,
ultrajado por la clase política que nos ha gobernado en las últimas décadas.
Es indignante ir a cualquier barrio
periférico de las diferentes ciudades del país donde se amontonan millares de personas,
sin que los diferentes gobiernos se hayan apiadado de sus vicisitudes y le garantice
un mínimo de condiciones a su dignidad humana. Seres humanos que sobreviven ahogados
por olores fétidos y nauseabundo, por las faltas y ausencias de los servicios básicos
esenciales como son el agua potable, un sistema cloacal, el saneamiento
ambiental y condiciones higiénicas adecuadas.
Las profundas desigualdades implementadas
en las últimas décadas vienen desarrollando una percepción de que la salud es
un privilegio para los que pueden pagar por salvar sus vidas y un derecho
inexistente para los pobres condenados a mendigar a politiqueros por sus
derechos de vivir. De poco a poco han creado un monstruo con fines malvados
donde una enfermedad humana se convierte en un instrumento de riquezas para
unos pocos seres sin alma y sin corazón. Estas condiciones son inaceptables para
un pueblo que se está cansando del robo y el saqueo que lo mantiene en una
condición de miseria permanente.
Ningún país del mundo logrará desarrollarse
y progresar con una riqueza concentrada en manos de unos pocos, en detrimento
de los servicios públicos básicos. Gastamos más en intereses y servicios de la
deuda pública que lo que se invierte en la salud pública.
Debemos trabajar para rescatar este país y
reestablecer los derechos que nos consigna la Constitución. Es hora de decirle
no más a estos seres sin conciencia social y sin conciencia moral.
Es necesario recuperar la sensibilidad
humana con hechos y no con palabras huecas. Para lograrlo se requiere grandes
inversiones en infraestructuras que creen un nuevo modelo de urbanismo con
servicios básicos esenciales fiables y de calidad como el agua potable, un
sistema cloacal, saneamiento ambiental y viviendas adecuadas. Con el progreso
de estos proyectos también se deberán ir demoliendo esos barrios marginales
para el saneamiento ambiental y mejor uso de esos terrenos.
Es necesario garantizar un sistema de salud
universal con igualdad de calidad en los servicios a toda la población dominicana.
Esto se logra adecuando los números de médicos, enfermeras, camas hospitalarias
y camas de cuidadas intensivos a los parámetros internacionales recomendados. Se
debe de trabajar con los indicadores de salud para atacar las debilidades del
sistema con todas las herramientas disponible.
Además, crear una red de centros de
atención primaria de salud y asistencia social sin precedentes con el objetivo
de educar a la población en hábitos de vidas saludables, prevención de
enfermedades, detección temprana de patologías crónicas , prevención de
enfermedades, combate a los vicios sociales, detección y tratamientos de
atención médica a las adicciones de drogas y alcohol , atención integral a la
primera infancia, prevención del embarazo en adolescentes y fomento a la
actividad física.
Para los servicios de salud de mediana y
alta complejidad, se construirían hospitales universitarios y se incentivaría
al sector privado para la inversión en complejos de salud dirigido al servicio
de turismo salud.
RD SI PUEDE!


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