En estos momentos de crisis mundial pareciera que este barco donde va montado el pueblo dominicano se dirige hacia un “iceberg “ más grande que con el que colisiono el Titanic. Nos dirigimos a todo vapor sin radar y sin una tripulación adecuada, que este atenta a la realidad que está viviendo la humanidad, y en especial, a las vicisitudes que vive la mayoría del pueblo dominicano.
Pareciera que se centran en un sueño de
esos que disfrutan los niños cuando visitan el “pequeño mundo" en Disney, donde
todo es una eterna felicidad. Ellos se dan el lujo de vivir a espaldas a la
realidad con la que viven las clases más vulnerables , la clase trabajadora, y la
clase media baja, donde su única preocupación es que van a poder comer sus
hijos al día siguiente. Muchos de estos esta noche dormirán con hambre, porque
no contaron con suficientes recursos para sus tres comidas, y con la inflación
actual cada día les será más duro asegurar su alimentación.
Más bien, esta partidocracia está enfocada en
mantenerse en el poder para continuar con esa política PERVERSA, con la que
llevan más de dos década de sirviéndose con la cuchara grande. Estirando la brecha
de la desigualdad social de manera completamente irracional. Ellos que lo único
que conjugan bien entre ellos es el saqueo y endeudamiento, se pasan la pelota siempre
persiguiendo el mismo fin, robar y saquear, hipotecando el presente y el futuro de las
futuras generaciones.
Son tan inmorales que únicamente se ocupan
de crear políticas públicas para beneficio de unos pocos, a costa de las
grandes mayorías, llevando al sufrimiento de las carencias de todo tipo,
inseguridad pública, injusticia de toda clase y falta de oportunidades.
Vemos como unos pocos funcionarios se
adueñan del poder que le concedió el pueblo, con el único fin de beneficiar a
esos grupos de presión que hoy se muestran insaciables y sin límites, con tal
de llevarse entre sus garras el patrimonio del pueblo y alimentarse del
presupuesto nacional como si esto fuera una finca de su propiedad.
Esta situación, además de inmoral, debería ser
inaceptable para la sociedad. La opulencia con que se muestran estos
politiqueros es una verdadera burla al pueblo, que está viviendo en condiciones
tan vulnerables, donde muchas veces no tienen ni siquiera un pedazo de pan para
darles a sus hijos.
Este gobierno se jacta de ver botado,
desperdiciado, despilfarrado cerca de 500 millones de dólares en
“subsidios" de combustibles, estimulando el consumo de un producto que no
producimos, y genera grandes erogaciones de ddivisas. Esto, mientras se deja a las clases más
desprotegidas fuera de la ecuación, y se beneficia únicamente a las clases
privilegiadas .
La única inversiones visibles de este
gobierno son dirigidas al sector turístico. Sector que demostró lo frágil que
es su comportamiento en situaciones como la que hoy vivimos.
En los actuales momentos vamos desnudando a
esta clase política carente de autenticidad, donde ni siquiera bajo estas
condiciones son capaces de responder a la altura que demanda la ocasión. Esta coyuntura
demanda asumir posiciones de avanzada, para asegurar un mínimo de protección a
la población, tal como seguridad alimentaria, salud y seguridad pública.
Lamentablemente los que dirigen la nación pareciera
que están de fiesta. La justicia “resolviendo” casos de corrupción a todo vapor.
El congreso dando pan y circo al pueblo e hipotecando al país de manera festiva
y aprobando leyes, con el fin de regalar el patrimonio público, como si ellos
fueran los dueños de esta finca. Mientras el ejecutivo anda sin brújula, dando picazos
y cortando cintas como si estuviera en una campaña política y no gobernando un
país.
La patria en la actualidad no necesita candidato.
La nación requiere con urgencia un liderazgo con visión de futuro que prepare al
país para lo peor, esperando lo mejor. Así como lo hizo José en la tierra de
Egipto, quien visionó la crisis que se acercaba y se preparó. No sólo estuvo
preparado para asegurar la alimentación del pueblo egipcio, sino también para
suplir a pueblos vecinos.
De este gobierno haber tenido la intención
del bienestar general del pueblo, como un deber sagrado, la pandemia hubiese representado
una gran oportunidad. Por ejemplo, hubiera educado en valores, principios y
moral y cívica, a través de todos los medios que tenía a su disposición en esas
circunstancias. Hubiera invertido de manera masiva en sectores como la
producción agropecuaria y la construcción de viviendas sociales. Seguros que hoy
tendríamos un país con una población más
satisfecha y mejores expectativas.
Imaginemos
que el dinero que se ha dilapidado en el “subsidio" al combustible,
de alrededor de 25 mil millones de
pesos, hasta la fecha, se hubiese invertido en la producción agropecuaria,
otorgando financiamiento a tasa 0 por 4 años para la producción de sustituir
importaciones de los precursores de las proteínas y aceites comestibles, del
cual dependemos prácticamente de un suministro del exterior. Otra política
hubiera sido comenzar una siembra masiva de maíz, sorgo, soya y maní para así
garantizar la alimentación al pueblo bajo cualquier situación. Esto, además, generaría
millares de empleos y ahorro de divisas.
Estas son razones que desnudan las
intenciones de esta partidocracia, secuestrada por unos pocos dominicanos, sin
conciencia social y sin conciencia patriótica, sin principios ni valores, que
vienen usurpando el poder por décadas.
Es hora del pueblo que está dormido se
levante, que los que están medios despiertos, terminen de despertar, y que los
que están despierto se activen, con un propósito de arrebatarle el poder en la
próximas elecciones a esos politiqueros que le han dado tanto sufrimiento a
este pueblo.
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