Este fin de semana que acaba de pasar nuestra partidocracia dejó un mal sabor de lo que ellos pretenden lograr y el pueblo no termina de comprender. No existe duda de que esta partidocracia ha conseguido abrumar la verdad con sus mentiras, medias verdades y manipulaciones, logrando imponerse sobre lo que debería ser una democracia.
Esta partidocracia se ha convertido en un sistema de partidos políticos en lugar de una democracia “con" partidos políticos, como lo demanda nuestra constitución y en especial el artículo 216 numeral 3 (“servir al interés nacional, al bienestar colectivo y al desarrollo integral de la sociedad").
Una partidocracia que tiene como fin mantener el estatus quo de sectores que han robado, saqueado y endeudado al pueblo como nunca antes visto. Una partidocracia que busca mantener el manto de la impunidad de los que nos han traicionado, robado y saqueado, y que pretenden eternizarse por siempre. Para lograrlo ha sido necesario relajar los controles y destruir la institucionalidad. Han con convertido las diferentes instituciones del estado en sellos gomígrafos de los intereses particulares.
Nuestra cruda realidad es que vivimos bajo un estado de partidos con diferentes símbolos, diferentes colores, diferentes actores, con diferentes nombres. Sin embargo, actúan como una especie de partido único, con una hegemonía sofocante que por más que se maquillan siempre actúan unidos para aprobar el robo, el saqueo y endeudamiento que por décadas vienen sometiendo a la población.
Solo dan pan y circo al pueblo cuando de algún proyecto de beneficio colectivo se trata. A veces le dan larga y otras las aprueban y las engavetan. Lo cierto es que ya el pueblo comienza a percibir lo que esta clase política es en esencia, cosa que comienza a preocupar a los sectores dominantes.
Esta es la razón primordial por lo que esta partidocracia ha decidido lanzarse a la calle de manera prematura, a pesar de que las leyes electorales lo prohíben, cosa que a ellos poco les importa, pues siempre han actuado bajo ese manto de la impunidad.
Esta partidocracia maneja estadísticas reales que ellos nunca harán públicas, pero que sí les tiene muy preocupados. La realidad es que el rechazo hacia su clase política sobrepasa el 70% y apenas un 30% de la población votante los respalda para continuar con sus despropósitos de continuar robando, saqueando y endeudado a las generaciones que ni siquiera han nacido. A ellos no le basta el dinero que han acumulado a costa de sumergir a un pueblo en la más atroz de las miserias, la ignorancia y la degeneración moral.
Este fin de semana fue una muestra de los que son capaces estos políticos que creen que el pueblo va a continuar creyendo en sus cuentos.
El presidente Luis Abinader en un acto político de su partido PRM, exhortó a sus correligionarios a “no mires pa' atrás" sin darse cuenta de que el pueblo ya no se toma el cuento de “justicia independiente”, pues los corruptos continúan en la calle, insistiendo en volver a la fiesta de la corrupción. No se ha cuenta de que su gobierno se ha convertido en el símbolo del gobierno de los
popis, por los popis y para los popis. Que el hambre y sed de justicia de este pueblo indefenso sufre y que él prometió saciar, hoy es más dramática.
También vimos declaraciones de Leonel Fernández, fundador y presidente del FUPU, y padre de la inseguridad ciudadana que vive hoy el pueblo dominicano, a consecuencia de su famoso programa de “pagar para no matar". En vez de educar, formar, capacitar y crear oportunidades, lo vemos hablando de un “plan de seguridad con criterio”. Imaginémonos su plan con “criterio" de corromper para no matar que se llevó en aquellos años más del 6% del presupuesto nacional.
Por último, la actividad de Danilo Medina, por su partido PLD, en una juramentación de “nuevos miembros", declarando una media verdad para confundir la verdad. En tal declaración dijo que “la única forma de detener el hambre es apoyar a los productores nacionales" (¡verdad!), ...“como lo hizo el PLD” (¡mentira!). El campo dominicano fue abandonado a su suerte a partir del 1996.
La realidad es que estos actores políticos continúan dando cátedra de la mentira, engaño y manipulación, porque el propio sistema los protege y el pueblo no le queda más que soportarlos.
La otra realidad es que ellos comienzan a vivir en la ansiedad que provoca la inseguridad de poder mantener su estatus quo más allá del 2024. Aunque se unifiquen como un partido único, como fue la experiencia peruana, donde un profesor de un humilde campo retó el estatus quo y ganó, o como acabar de suceder en Colombia, donde ninguno de los dos partidos que pasaron a segunda vuelta representaban a esa partidocracia corrupta y sevillista.
Les aseguro que el 2024 traerá grandes sorpresas para nuestra patria, y no será nada diferente a esa ola que viene de sur a norte despertando a los pueblos de nuestra América.


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