Una Mejor Estabilidad Para Todos



Por Doctor Isaías Ramos.


En los últimos 25 años, la República Dominicana ha sido víctima del mal manejo de su clase gobernante. Estos han gobernado en base a la improvisación –colocando parches a un sistema que no aguanta más remiendo. Por ejemplo, buscan solucionar los problemas energéticos aumentando la tarifa, obviando la necesidad de eficientizar la matriz energética.

También creen que pueden disminuir el déficit fiscal gravando más a la clase trabajadora y productiva, como se pretende con la nueva disposición de la DGII sobre los pagos que excedan los RD$250,000 pesos, sin considerar que esta clase apenas sobrevive. Golpean y estrangulan al sector agropecuario del país, subsidiando e incentivando la importación en detrimento de la producción local.

Debemos trabajar para terminar de una vez por todas con este Estado que fomenta el parasitismo económico que profundiza la burocracia, que impone impuestos injustificables al sector trabajador y productor para sostener ese enorme ejército de burócratas, políticos parásitos y a un clientelismo que fomenta la miseria. Estos políticos nos han demostrado que son incapaces de auto disciplinarse.

En lo fiscal, son derrochadores y sus políticas son puras y simples demagogias. No han entendido la nueva realidad política, social y económica y algunos parecen no haberse dado cuenta que la sociedad va evolucionando y que este pueblo no está dispuesto a soportar más opresión y sufrimiento a costa de que unos pocos se lucren de su miseria.

La estabilidad política, social y económica son propiciadoras de las buenas inversiones, del desarrollo y progreso de los pueblos. Es vital que en el país implementemos medidas que garanticen la igualdad de derechos y oportunidades a favor del bienestar general de la población.

Es vital disminuir la burocracia, implementar impuestos más razonables y menos desalentadores, manteniendo estable la moneda, descentralizando las funciones propias del estado, dándole mayor autonomía a los gobiernos locales y municipales. La idea no es redistribuir riquezas para que todos seamos pobres, es crear y producir riquezas y eliminar el estado de privilegios dispensador de favores a la clase privilegiada.

Es tiempo de descontinuar con un sistema que nos obliga a pagar impuestos injustos y desproporcionados a los servicios que recibimos. No se satisfacen con castigar el presente si no que comprometen de manera irresponsable las futuras generaciones. Una gran parte de los ingresos que el estado recibe es para pagar deudas. Mientras el estado continue endeudándose de manera imprudente, estarán gravando a nuestros hijos y sus hijos anticipadamente, prometiendo un futuro incierto.

Lo justo sería recuperar los bienes robados al país durante décadas, eliminar todos los subsidios no focalizados, incentivar la producción de los sectores productivos del país, eliminar los privilegios fiscales a sectores económicos que han sido favorecidos por el sistema político y mejorar las leyes fiscales con el fin de no darle cabida a la elusión fiscal.

Disminuir el gasto y tamaño de la maquinaria gubernamental, concentrando al estado en su función básica de guardar los derechos, garantizar los servicios básicos de manera fiable y de calidad como son la salud, educación, seguridad ciudadana, electricidad, agua potable entre otros y así ofrecer una vida digna a los ciudadanos de esta nación que tanto lo anhelan.
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